miércoles, 1 de julio de 2009

``Sobre Otras telas de Araña´´ Parte I

¿Otro día cualquiera?

Quien sabe, ¿verdad?

¿En qué se diferencia un día de otro?

¿Existe realmente la rutina?

Entendemos ésta, y cito textualmente del Diccionario ``on-line´´ de la Real Academia Española:
(Del fr. routine, de route, ruta).
1. f. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.
2. f. Inform. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.

Citado lo cual, no cabe más que preguntarse, otra vez:

¿En qué si diferencia un día de otro en el que nos pensamos, hacedores de lo normal? No hago referencia a la normalidad de lo que es normal; me explico. Si estás cansado, lo normal es que descanses; Hago referencia, más bien, a lo que va siendo, es necesario explicarlo así, lo normal, durante el día a día de cada cual.

Así, uno ha podido tener una dura semana. Seguramente siempre es así pero, ¿a caso las relaciones sociales son normales?

¿Podemos determinar causas y consecuencias de tal o tal otro comportamiento?

Seguramente sí pero no es lo habitual.

¿Debería serlo?

Curiosamente, lo habitual es que no apreciemos los detalles, observemos quienes nos rodean y aquello que nos envuelve. No apreciar un ``buenos días´´… un hasta luego …

¿Alguna vez te has parado a pensar en la profanidad de un ``hasta mañana´´?

Me temo que no.

A diario, seguramente pensemos de igual forma pero no somos los mismos. No soy igual que hace un segundo pues la idea de yo de hace, ahora, 6 segundos tal vez, no deja de ser una idea, pues ahora soy el de ahora.

Así, siendo, quien sabe si es así, tan profundo en el analizar, podemos extrapolar, la idea, al conjunto de nuestro universo, grande o pequeño, da igual, universo sin más.

Con esta manera de pensar, llevar el día a día, posteriormente pensé, en quien, sin seguramente saberlo, horas previas a la toma de contacto, tendría la oportunidad de toparse conmigo. Y es que, toparse con alguien, es una oportunidad.

¡Todos somos tejedoras!

Desde el momento de nuestra concepción comenzamos a tejer. Al principio, no son más que hilos sin sentido. Experimentamos. Tocamos, sentimos … imaginamos, ¡pensamos que pensamos! Vamos creciendo, evolucionando, desarrollándonos, madurando, hasta que un día …

Y ese día llega.

Seguramente te sabes especial. Rara vez hay alguien igual que tu, mas, es muy probable que tu quieras parecerte a quien sea. Triste, sin duda, si es que no enfocas esa voluntad como la manera de poder asemejarte a la idea de realización, no se admite superficialidad; reflexionemos sobre ello.

Sea como fuere, no es que no seas especial, no es que yo no lo sea, vale lo somos, pero, ¿especial o especialmente?

¿Especial porque eres el único en aguantar más determinadas horas sin leer? Quizá, ¿especialmente tonto por asegurarte de que sea así?

Es interesante saber que acabamos formando una personalidad. Una manera de ser, pensar, porqué no decirlo actuar. Condicionada, siempre, sin duda; la diferencia, el detalle, aquello que te hace especial, es no solo asimilar todo ello, hacerlo algo tuyo.

Cuando eso es así, eso que tejes que te parece insignificante, comienza a ser una buena tela, de araña por supuesto. Acabas convirtiéndote en una araña.

¿Qué sucede cuando no solo hay una sino que, te das cuenta de la existencia de otras arañas?

En ese momento, conoces acerca de otras arañas, descubres otras ``telas de araña´´.

Puede ser que unas la tuya con la suya. También no deja de ser posible que luego tratéis de desquebrajarla; esa es otra historia.

¿Seguir el curso natural de tu tela? ¿Crees realmente que no acabarás por contactar con otras?

Mi experiencia con otras telas, ha sido fructífera, si bien, es cierto que no siempre suele ser así. ¡Mentiría si no afirmara que en ocasiones hasta destruir otras es lo que uno pretende!

Pero no podemos…

¿Acaso podemos destruir los recuerdos, vivencias, ideas, pensamientos, alegrías y desdichas de los demás?






Sigo tejiendo.

** Dedico Especialmente a Doña Sonia, Doña Eva y Doña Nuria, con cariño **


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